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Conozca Su Carne

Cada año en EE.UU., más de 10,000 millones de animales terrestres y 15,000 millones de peces son matados para comida. El carnívoro promedio es responsable del abuso y muerte de miles de animales, incluyendo más de 2,000 gallinas, 92 pavos, 31 cerdos, 12 novillos y terneros, y aproximadamente 5,000 peces.

baby cow
“¿Las matanzas no son reguladas?”
Las leyes relacionadas específicamente con el transporte de animales criados para comida son casi inexistentes. La única ley en relación al traslado de los animales rumbo al matadero se aplica a los trenes, aunque el 95 por ciento de los animales son llevados en camiones, donde son sujetos a temperaturas extremas, superpoblación, hambre y sed. Algunas veces, las pieles de los animales se congelan en las paredes de los vehículos y tienen que ser cortadas para poder liberarlos. En el matadero, los animales con frecuencia son despellejados y desmembrados cuando todavía están conscientes.

PREGÚNTALE A LOS EXPERTOS:
Gail Eisnitz, autora de
Slaughterhouse (Matadero) 95
Lo que no te dicen

No existe ninguna ley para regular términos como “corral abierto”, “pollos de granja” o “granjas abiertas” en las cajas de huevos. Es posible que algunos “huevos de granja” hayan sido producidos por gallinas en jaulas tanpequeñas como las que se usan en las granjas industriales. Lo que no te dicen.
“No quiero dejar la carne. ¿No podríamos, simplemente, tratar mejor a los animales?”

La cantidad astronómica de animales criados para comida hace que sea virtualmente imposible tratarlos de una manera que la persona promedio considere humanitaria. De todas maneras, reflexiona: ¿Aceptarías que te comieran si alguien te prometiese tratarte mejor antes de matarte?

PREGÚNTALE A LOS EXPERTOS: Nedim C. Buyukmihci, veterinario

El horror de las granjas lecheras

Las vacas producen leche por la misma razón que lo hacen los humanos: para alimentar a sus bebés. Los terneros son apartados de sus madres al poco tiempo de nacer, para que las tiendas puedan vender la leche destinada a ellos. Las terneras son agregadas al ganado lechero o sacrificadas en el matadero para sacarles el cuajo de sus estómagos (que se utiliza para hacer queso). Losbecerros son vendidos a la industriade carne de ternero y criados en establos pequeños y oscuros, encadenados por el cuello y alimentados en base una dieta deficiente en hierro. Para aumentar la producción, muchos granjeros inyectan a las vacas.

¿Qué le pasa al ganado?

El ganado de engorde (destinado a la producción de carne) pasa gran parte de sus vidas en lotes de alimentación superpoblados. Las corporaciones aumentan sus ganancias dándole a cada novillo un espacio de solamente 14 pies cuadrados (1.30 metros cuadrados), o el equivalente a poner 13 novillos de media tonelada en una recámara. Los novillos son sometidos a dolorosos procedimientos como las marcaciones a fuego, castraciones y la extracción de cuernos sin anestesia. Se los alimenta con una dieta alta en proteínas que les causa constantes malestares digestivos. Con frecuencia sufren de neumonía, deshidratación y agotamiento causados por el calor y la falta de agua y comida, al ser trasladados en camiones repletos de otros animales rumbo a los lotes de comida o los mataderos.

La verdadera historia de un animal anonimo nacido en la industria de la carne
Cada año, miles de millones de animales sufren en las granjas industriales de Estados Unidos. Cada uno de ellos es dolorosamente torturado y matado. Los “animales caídos”, como se conoce a aquellos que están demasiado enfermos o débiles como para mantenerse en pie, sufren aún más. Ésta es la historia agonizantemente real de una “vaca caída”:
Las vaca llegó a los Corrales Walton de Kentucky una mañana de septiembre. Después de que los otros animales fueron bajados del camión, a ella la dejaron sola, incapaz de moverse.

Para hacerla bajar, los empleados de los Corrales Walton le pegaron, la patearon y le aplicaron descargas eléctricas en la oreja. Finalmente, le Una en Mil Millones La verdadera historia de animal anónimo nacido en industria de la carne pusieron una cuerda alrededor del cuello, ataron el otro extremo a una columna y pusieron en marcha el camión. La vaca se deslizó en el piso de la carga del camión y cayó a la tierra sobre sus patas traseras y con la pelvis rota.

Ahí quedó tirada, bajo el sol tórrido, gritando de dolor. El único cuidado que recibió fue un poco de agua que le dio Jessie Pierce, una activista por los derechos de los animales, que había sido contactada por una mujer que fue testigo del incidente.

El operador del corral informó a Jessie que él mismo mataría a la vaca después que Jessie se fuera.
Cuando Jessie regresó, el corral estaba desierto pero la vaca todavía estaba viva, rodeada de perros que la estaban atacando. La vaca tenia marcas de mordeduras y alguien le había sacado el agua. Jessie contactó a la policía estatal. Cuatro agentes llegaron a las 5:30 p.m. El agente Jan Wuchner, oficial de la Policía Montada, quiso dispararle a la vaca, pero se le informó que un veterinario debería hacerlo. Los dos veterinarios de los Corrales Walton se negaron a darle la eutanasia a la vaca, argumentando que, para preservar el valor de la carne, ella no podía ser destruida. El matarife, finalmente, llegó a las 7:30 p.m. y mató a la vaca con un arma de fuego. El cuerpo del animal se vendió por $307.50. Cuando el empleado de los Corrales Walton fue entrevistado por un reportero de The Kentucky Post, dijo: “No le hicimos absolutamente nada”, y se refirió a la atención prestada a la vaca porlos voluntarios humanitarios como “basura”. El hombre se rió durante todo el reportaje, diciendo que no veía nada malo en la manera en que la vaca fue tratada.

Éste no es un caso aislado; en efecto, es tan común que los animales en esta condición son conocidos en la industria de la carne como “animales caídos”, y ni la industria ni el Departamento de Agricultura de Estados Unidos toman medidas para que estos animales sean tratados más humanitariamente. Es una práctica estándar que los empleados de la industria encuentren “animales caídos”, los aten a la parte trasera de una camioneta y los arrastren a un área donde son apilados en espera del matarife. El trato a los “animales caídos” demuestra que la industria de la carne no se puede regular a sí misma. Está en manos de la gente el exigir cambios y, para lograrlo, no hay mejor método que negarse a comprar los productos de esta miserable industria.

¿Qué pasa con las gallinas?

Las gallinas utilizadas por su carne son criadas en amplios establos con hasta 100,000 otras aves, y donde la luz y la ventilación son controladas por máquinas. Una falla del sistema significa la muerte masiva. Genéticamente manipuladas para crecer más y más rápido, los pollos sufren índices extraordinariamente altos de enfermedades óseas que los dejan incapacitados, les causa colapsos pulmonares y paros cardíacos. Entre siete y once gallinas ponedoras viven apretujadas en una pequeña jaula; las patas y los dedos quedan deformados por estar paradas en pisos de rejas de alambre. Las aves canalizan su frustración picándose unas a otras. Para reducir pérdidas, los granjeros cortan el pico de las aves a tan sólo horas después de salir del cascarón. El procedimiento es tan doloroso que muchos pollitos mueren del shock o de hambre, ya que el comer les resulta demasiado doloroso. Cada año, 280 millones de pollitos machos recién nacidos (y que, obviamente, no pueden producir huevos) son tirados a bolsas de basura o máquinas donde se los pica, sofoca o tritura hasta que mueren.

¿Qué pasa con los cerdos?

Cada año, 100 millones de cerdos son matados para comida en EE.UU. Los cerdos de reproducción en las granjas industriales son confinados a chiqueros apenas más grandes que sus propios cuerpos. Algunas veces los puestos de cerdos son apilados, y el excremento de los de arriba cae sobre los que están abajo. El olor a amoníaco a veces es demasiado intenso incluso para los granjeros, quienes sólo pasan unos minutos al día en el lugar. Los cerdos quedan tan débiles que apenas pueden caminar. Los empleados del matadero golpean a los cerdos con ganchos de metal en los ojos, la boca y el recto para forzarlos a que se muevan más rápido.

Lo que no te dicen
Los cerdos son animales muy limpios que usan barro principalmente para refrescarse o evitar las moscas. Además, son por lo menos tan inteligentes, sociales y amistosos como los perros. Lo que no te dicen.

La más cruel de las muertes

La matanza de animales en el Reino Unido está mal manejada y plagada de abusos de animales. Murder She Wrote: The Life and Death of Farmed Animals (Asesinato, escribió ella: La vida y muerte de los animales en las granjas industriales), ofrecido por Viva!, cataloga el abuso con precisión científica. Con frecuencia, el ganado no es aturdido correctamente antes de que se lo mate. Gabriele Meurer, veterinaria de mataderos, explica: “Son muy pocos los animales que se quedan quietos. Están nerviosos, muy asustados, y algunos se mueven violentamente. Nunca se les da tiempo para calmarse. A veces, el encargado erró la descarga eléctrica, hiriendo al animal terriblemente en lugar de aturdirlo”. Rutinariamente los cerdos están conscientes durante todo el proceso de matanza. Dice Meurer, “Los encargados de matarlos muchas veces están tan apurados que no ubican la pistola eléctrica en la posición correcta en la cabeza de los cerdos. Los cerdos quedan medio atontados, o insuficientemente aturdidos. Vuelven en sí cuando se están desangrando, y obviamente están vivos y conscientes cuando son arrojados en agua hirviente. El proceso de aturdimiento de las ovejas es igual de malo. “Los pollos y los pavos tienen aún peor suerte, pues se los cuelga cabeza abajo de sus patas ya lesionadas y rutinariamente vuelven en sí cuando les cortan el cogote y se están desangrando (o nunca pierden la consciencia, porque no se los aturdió correctamente). Así, cuando los meten en tanques hirvientes para sacarles las plumas, están totalmente conscientes.

¿Y con los peces?

Cuando se los saca de las profundidades oceánicas, los peces sufren descompresión. Con frecuencia, la intensa presión interna les rompe las vejigas natatorias, les revienta los ojos y les empuja el estómago a través de la boca. Luego, se los echa a bordo, donde muchos se sofocan lentamente o son aplastados fatalmente. Otros todavía están vivos cuando se les corta la garganta y el vientre. Los pescadores comerciales son responsables de millones de víctimas “accidentales” cada año, incluyendo aves marinas, delfines, tortugas de mar, focas, etc.  ¨Si quieres ser fuerte como el buey, come lo que come el buey, pero no te comas al buey¨
 
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